Proteínas; ¿animales o vegetales?
Hoy en día, existe mucha controversia entre la cocina vegetariana y la carnívora. ¿Qué es mejor o peor?
El uso abusivo que hacemos de las proteínas animales en la actualidad es igual de dañino para nosotros como para el planeta, como así lo indican innumerables estudios; desde enfermedades asociadas a una alimentación cada vez más deficiente a un deterioro de las tierras de cultivo, el agua y el medio ambiente, en general. Si esto, además, lo enfocamos desde una visión social, tampoco sale mucho mejor parado; maltrato tanto de los animales de granjas industriales como de muchos trabajadores y trabajadoras, deterioro de las condiciones de vida tanto de animales como de quienes los cuidan, etc. Y, ¿en qué se traduce todo esto? Pues en un producto cárnico de pésimas calidades, atiborrado de medicamentos, hormonas… resultado de una exagerada manera de producir carne para consumo humano.
La cuestión no es convertirse en nada que no queramos, en cuanto a alimentación se refiere, no en dejar de comer ciertas cosas si vemos que aún no estamos preparados o dispuestos, sino, bajo mi punto de vista, se trata de tomar conciencia de la manera en la que nos estamos alimentando. Reflexionar sobre lo que llamamos “normal” en nuestra alimentación, lo que está predominando, sin juicios, solo dándonos cuenta de la cantidad y la calidad de la proteína animal que ingerimos diariamente. Hacernos responsables, como individuos, de en qué manos estamos dejando algo tan importante como es nuestra alimentación.
Cualquier cambio, por pequeño que sea, es bueno. Lo sencillo también es válido e importante.
Es más fácil reducir paulatinamente el consumo de proteína animal que intentar erradicarlo drásticamente de nuestra dieta. Además, si lo consideras un disfrute y solo pensar en dejarlo se convierte en un sufrimiento, piensa que existen alternativas de producción de carne en ecológico o pequeños proyectos artesanales, que pueden satisfacer tus necesidades sin tener que renunciar a la calidad y a la seguridad de que se están haciendo bien las cosas. Además, no hay que olvidar que existe una amplísima variedad de alimentos vegetales que nos pueden proporcionar proteínas de muy alta calidad para nuestro organismo.
Es un hecho que, hoy en día, y con el ritmo de vida que llevamos, el comer casero se ha convertido en algo complicado. La solución pasa por organizarse y tener en cuenta ciertas cosas que iremos viendo poco a poco, como por ejemplo, organizar el menú semanal con tiempo y hacer más cereales de la cuenta (arroz, quinoa, mijo) y tenerlos en el frigorífico, listos para hacer de diferentes maneras a lo largo de la semana.
Para mí, esto que os cuento, es una forma de revelarme ante una imposición, ante el hecho de que nadie nos ha preguntado en ningún momento cómo queremos que se hagan las cosas, en cuanto a la manera de producir lo que nos nutre. Pues bien, yo, en la medida de lo que mi economía me permita, no pienso colaborar con industrias que nos enferman el cuerpo y el alma.
Un abrazo.
Gema